Aunque el agua es uno de los recursos más abundantes del planeta, la mayor parte del agua disponible no es potable o está contaminada de alguna manera. Para hacerla útil para la humanidad, hay que someterla a procesos de depuración y potabilización; entre los procesos más habituales está la cloración, tanto la química como la cloración salina.
Cloración: Qué es y por qué es necesaria
La cloración del agua es un procedimiento que se realiza en la fase final de la depuración del agua, para eliminar bacterias y organismos patógenos. Se trata de una operación necesaria para que el agua pueda considerarse apta para el consumo; también se aplica en aquella agua que se usa en actividades como el llenado de piscinas.
Existen distintos sistemas de clorado, aunque la cloración química es la más habitual.
Cloración química
La cloración química es aquélla que se realiza mediante el añadido de productos químicos desinfectantes al agua. El desinfectante más habitual es el cloro o Cl2, que le ha dado nombre al tratamiento.
Estos desinfectantes actúan de la siguiente manera: cuando se introducen en el agua, sus componentes reaccionan con los microorganismos acuáticos destruyendo la membrana o pared celular de los mismos. De esa manera, al destruir la barrera protectora que las aísla del exterior, se impide que las células realicen adecuadamente sus funciones vitales y ésta muere.
Qué es la cloración salina
La cloración salina difiere de la cloración química en los productos utilizados; porque no se utiliza cloro ni otros desinfectantes, sino cloruro de sodio, es decir, sal. Este sistema no es adecuado para potabilización de agua. Pero sí lo es para sistemas depuradores de piscinas, que es donde más se está generalizando.
Cómo funciona la cloración salina
El sistema de cloración salina es similar al de la química, en el sentido de que se trata de añadir un producto; en este caso se añade el correspondiente clorador salino al agua para que éste haga su efecto.
Y, ¿cómo funciona la cloración salina?, pues muy sencillo. Al añadir a una piscina u otra superficie acuática 5 kg de sal por cada metro cúbico de agua, y mediante un sistema de electrólisis, se separan distintos componentes, entre ellos hidróxido de sodio (NaOH), hidrógeno (H) y cloro (Cl).
El cloro de la sal, en contacto con el agua, se convierte en ácido hipocloroso, un desinfectante capa de destruir bacterias, algas y otros patógenos. Pero, además, en el proceso de electrólisis también se producen compuestos secundarios, como el hidroxilo radical y el ozono, que también tienen poder de desinfección.
Ventajas y beneficios de la cloración salina para piscinas
El uso de cloradores salinos en lugar de químicos tiene algunas ventajas bastante notables, que hacen de la cloración salina una opción mejor que la cloración química. No obstante, también tiene algunas desventajas, como que la calidad de la desinfección depende en parte de la calidad inicial del agua, algo que no pasa con los cloradores químicos.
Entre las principales ventajas y beneficios de la cloración salina para piscinas están los siguientes:
Ventajas para la salud
Mientras que los cloradores químicos pueden resultar irritantes para la piel y los ojos, la cloración salina es respetuosa con nuestro organismo. El agua ligeramente salinizada, además, actúa sobre la piel como un antiséptico natural y, al usarse una concentración de sal mucho más baja que en el agua de mar (7 veces menor, de hecho), se evitan daños en los ojos. Por otra parte, la cloración salina es respetuosa con el pelo y los tintes.
Ventajas estéticas
A simple vista, una piscina tratada con cloradores salinos se ve más azul y resulta más atractiva. Pero, además, la ausencia de químicos permite librarse de los malos olores asociados al cloro.
Ventajas para el medio ambiente
El sistema de cloración salina no produce residuos: los dos elementos usados en él (agua y sal) son respetuosos con el medio y se reutilizan una y otra vez. De hecho, después de que los distintos componentes de la sal reaccionen con las algas y microorganismos se recomponen otra ve en granos de sal; de modo que el proceso puede repetirse de manera continua infinitas veces mientras el agua en circulación sea la misma.
Ventajas económicas
Resulta mucho más económica que la cloración química. El consumo de los sistemas de electrólisis salina consume lo mismo que una bombilla, así que el ahorro en la factura de la luz es extraordinario. Asimismo, no hay que comprar productos químicos, que suelen ser caros, ni rellenar la piscina más allá de la necesidad de reemplazar el agua evaporada. En cuanto a los cloradores salinos, es cierto que en muchos casos se compran específicamente para la piscina; pero son más baratos que los químicos y siempre pueden ser sustituidos por simple sal marina.
Desaparición de insectos voladores
Aunque se desconoce el motivo exacto, cuando se usan cloradores salinos para desinfectar la piscina esto ahuyenta a abejas y avispas; de esta forma se reduce el riesgo de picaduras y la posibilidad de que éstas caigan en el agua.